Cuentan los guaraniés que hace mucho,muchos años vivía en esas
tierras una hermosa indiecita,sencilla y trabajadora que alegraba con su canto
a todos los que la conocían. Era su enamorado un bravo cazador de andar
decidido y melodiosa voz,con quién pensaba casarse;no bien tuvieran edad
para hacerlo.
En ese tiempo y en esa tribu todos los jóvenes debían pasar tres pruebas para
ser considerados hombres;una carrera a pie,una de nado,y una de ayuno. Esta
era la más difícil,porque había que permanecer inmóvil encerrados en unos cueros,alimentándose sólo de líquidos,durante nueve días.
Finalmente llegó el momento en que el cazador debía presentarse para cumplir
la prueba. El rubichá(hechicero) anunció que el ganador de ese año no solo obtenía honores y mando,sino que se casaría con su hija.El valiente jóven sintió una gran angustia,pues nadie podía rechazar la oferta del hechicero. Tampoco podía volverse atrás y no realizar las pruebas.
Y así fué como corrió y triunfó en las carreras. Pero cuando los ancianos fueron a sacarlo de los cueros,pasados los nueve días;quedaron mudos de asombro.
Ante sus ojos el jóven se empequeñeció y se transformó en un pájaro,que voló
hasta un árbol cercano. A su primer canto,alegre y melodioso,le respondió otro igual. La indiecita enamorada,también convertida en pájaro,venía a unírsele.
Cuentan los guaraníes que desde entonces viven juntos en su casita de barro.
Esta es la historia de los pájaros que llamamos HORNEROS.
Herminia Gollan de Boccacci
(Versión libre de una leyenda guaraní)
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