jueves, 8 de agosto de 2013
CAPITULO 4: ¿ES VERDAD? Louise Hay.
«La verdad es la parte inmutable de mí»
La pregunta sobre si algo es verdadero -o real- tiene dos respuestas: «Sí» y «No». Es verdad si usted cree
que lo es; no es verdad si usted cree que no lo es. El vaso está medio lleno y medio vacío; depende de cómo
lo mire. Y hay literalmente billones de cosas que podemos decidir pensar.
La mayoría decidimos pensar las mismas cosas que solían pensar nuestros padres, pero no es necesario que
sigamos haciéndolo. No se ha promulgado ninguna ley que diga que sólo podemos pensar de una manera.
Cualquier cosa que yo decida creer, llega a ser verdad para mí. Cualquier cosa que usted decida creer, llega a
ser verdad para usted. Lo que pensamos puede ser totalmente diferente. Nuestra vida y nuestras experiencias
son totalmente diferentes.
Examine sus ideas
Cualquier cosa que creamos llega a ser verdad para nosotros. Si usted tiene un súbito desastre financiero,
puede ser que en algún nivel crea que no se merece la comodidad del dinero, o que se merece tener
dificultades y deudas. O bien, si piensa que lo bueno es siempre pasajero, creerá probablemente que la vida
está en su contra o, como tantas veces se oye decir, que «usted no es de los que ganan».
Si se siente incapaz de atraer a un hombre, tal vez su creencia sea: «A mí nadie me quiere» o «Soy indigna de
amor».Quizá tenga miedo de ser una mujer dominada, como su madre, o tal vez piense que la gente no hace
más que herirla.
Si su salud no es buena, es probable que atribuya la enfermedad a una tendencia familiar o que se considere
víctima del clima, aunque también puede ser que piense que nació para sufrir o que su cuerpo no le da
descanso.
O puede tener una creencia diferente. Quizá ni siquiera se dé cuenta de cuál es su creencia, como la mayoría
de las personas, que se limitan a ver las circunstancias externas como simplemente la forma en que viene la
suerte. Mientras alguien no le haga ver la relación entre las experiencias externas y lo que piensa y cree usted
en su fuero interno, seguirá siendo una víctima de por vida.
PROBLEMA CREENCIA
Desastre financiero. No merezco tener dinero.
Falta de amigos. Nadie me quiere.
Problemas laborales. No sirvo para esto.
Complacer siempre a los demás Yo nunca consigo lo que quiero
Sea cual fuere el problema, proviene de un modelo mental, ¡y los modelos mentales se pueden cambiar!
Pueden darnos la sensación de ser verdad, pueden parecer reales, todos esos problemas con los que
luchamos y nos debatimos en la vida. Pero por más difícil que sea el problema con que nos enfrentamos, no
es más que un resultado o efecto exterior de un modelo mental interno.
Si no sabe cuáles son las ideas que están creando sus problemas, ahora va bien encaminado, porque este
libro ha sido pensado para ayudarle a descubrirlas. Considere cada una de las dificultades que tiene en la vida
y pregúntese: ¿Qué clase de ideas tengo que me crean esta situación?
Si se da el tiempo de sentarse en silencio a responderse esta pregunta, su inteligencia interior le dará la
respuesta.
No es más que una creencia que usted aprendió de niño
Creemos algunas cosas que son positivas, que nos alimentan. Son las ideas que nos son útiles durante toda la
vida, como «Mira hacia los dos lados antes de cruzar la calle».
Otras ideas son muy útiles al comienzo, pero cuando nos hacemos mayores ya no nos sirven. «No confíes en
desconocidos» puede ser un buen consejo para un niño pequeño, pero a un adulto mantener esta actitud no le
traerá más que soledad y aislamiento.
¿Por qué son tan pocas las veces que nos detenemos a preguntarnos si algo es realmente cierto? Por
ejemplo, ¿por qué me creo cosas como que para mí es difícil aprender? ¿Por qué no me pregunto si eso es
verdad para mí ahora, de dónde saqué esa creencia, si no vendrá de la infinidad de veces que me lo repitió el
maestro de primer grado, si no sería mejor para mí abandonarla?
Creencias como que «los muchachos no lloran» y «las chicas no trepan a los árboles» crean hombres que se
avergüenzan de sus sentimientos y mujeres que tienen miedo de su cuerpo.
Si de niños nos enseñaron que el mundo es un lugar espantoso, aceptaremos como válido para nosotros todo
lo que refleje esa creencia. Lo mismo se puede decir de frases como: «No te fíes de los extraños», «No salgas
de noche» o «La gente te engañará».
En cambio, si de pequeños nos enseñaron que el mundo es un lugar seguro, nuestras creencias serán otras.
Nos será fácil aceptar que hay amor en todas partes, que la gente es amistosa y que siempre tendremos lo
que necesitemos.
Si de pequeño le enseñaron que todo era culpa suya, pase lo que pase irá por el mundo sintiéndose culpable.
Y esta convicción lo convertirá en alguien que andará continuamente pidiendo disculpas.
O si en su niñez aprendió a pensar «Yo no cuento para nada», esta creencia lo mantendrá siempre en el último
lugar, esté donde esté. Como mi vivencia infantil de que a mí nunca me daban una galleta. A veces una llega a
sentirse invisible cuando los demás no le prestan atención.
Si las circunstancias de su infancia le llevaron a creer que nadie le quería, será seguramente un ser solitario, e
incluso cuando consiga una amistad u otra relación, no le durará mucho.
¿Su familia le enseñó que nunca hay bastante?. Entonces, muchas veces debe de sentir que no tiene nada en
la despensa, o se encuentra con que siempre anda ajustada o vive llena de deudas.
Un cliente mío se crió en un hogar donde creían que todo estaba mal y no podía más que empeorar. Su mayor
placer en la vida era jugar al tenis, pero se lesionó una rodilla. Vio a una infinidad de médicos, pero no hizo
más que empeorar, hasta que tuvo que dejar de jugar.
Otra persona, el hijo de un predicador, aprendió de pequeño que todos debían ir antes que él. La familia del
predicador era siempre la última en todo. Hoy, este hombre es habilísimo para conseguir los mejores negocios
para sus clientes, pero él no tiene, generalmente, ni monedas para el metro. Su creencia sigue haciendo de él
el último de todos.
Si uno lo cree, parece verdad
Muchísimas veces hemos dicho: «Pues yo soy así» o «Las cosas son así». Con esas palabras estamos
diciendo, en realidad, que eso es lo que creemos que es verdad para nosotros. Generalmente, lo que creemos
no es otra cosa que la opinión de alguien más, que nosotros hemos incorporado a nuestro sistema de
creencias. Y seguramente, se adecua a la perfección a todas las otras cosas que creemos.
¿Es usted una de tantas personas que cuando se levantan y ven que está lloviendo, protestan por ese día
infame?.
Pues, no es un día infame; no es más que un día de lluvia. Si nos ponemos la ropa adecuada y cambiamos de
actitud, podemos divertirnos muchísimo, de la forma en que es posible divertirse en un día de lluvia. Si
realmente creemos que los día de lluvia son infames, entonces cada vez que llueva nos deprimiremos. Nos
pasaremos el día peleando con el tiempo, en vez de experimentar plenamente lo que está sucediendo en ese
momento.
No hay ni «buen» ni «mal» tiempo: sólo hay tiempo, y nuestras maneras individuales de reaccionar ante él.
Si queremos una vida jubilosa, debemos tener pensamientos jubilosos. Si queremos una vida próspera,
debemos tener pensamientos de prosperidad. Si queremos una vida llena de amor, debemos poner amor en
nuestros pensamientos. Aquello que, verbal o mentalmente, enviemos hacia afuera, será lo que de la misma
forma vuelva a nosotros.
Cada momento es un nuevo comienzo
Insisto en que el momento del poder es siempre el presente. Nunca se está atascado. ¿Dónde se producen los
cambios? Aquí y ahora, ¡en nuestra propia mente!. No importa durante cuánto tiempo hayamos seguido un
modelo negativo o sufrido una enfermedad o una mala relación, o padecido dificultades financieras. No importa
durante cuánto tiempo nos hayamos aborrecido a nosotros mismos. ¡Hoy podemos empezar a cambiar!.
Ya no es necesario que su problema sea su verdad. Ahora puede desvanecerse en la nada donde se originó.
Usted puede hacerlo.
Recuerde: ¡en su mente no piensa nadie más que usted! Usted es el poder y la autoridad en su mundo.
Sus ideas y creencias del pasado han creado este momento, y todos los que lo antecedieron. Lo que usted en
este momento decida pensar y creer creará el momento siguiente, y el día de mañana, el mes que viene y el
próximo año.
Sí, le estoy dando el más maravilloso de los consejos, fruto de mis años de experiencia, y, sin embargo, usted
puede seguir escogiendo pensar las mismas cosas de siempre, puede negarse a cambiar y quedarse con
todos sus problemas.
En su mundo, ¡el poder es usted! ¡Usted puede conseguir cualquier cosa en que decida pensar!.
Este momento inicia el nuevo proceso. Cada momento es un comienzo nuevo, y este es un comienzo nuevo
para usted, ¡aquí y ahora!. Es estupendo saberlo. ¡Este momento es el Momento del Poder! ¡Es el momento
en que se inicia el cambio!
¿Es verdad?
Deténgase un momento y atrape lo que ahora mismo esté pensando. Si es verdad que sus pensamientos
configuran su vida, ¿querría usted que lo que ahora mismo estaba pensando se convirtiera en su verdad? Si
su pensamiento era de preocupación, de cólera, de resentimiento, de venganza o de miedo, ¿de qué forma
cree que volverá a usted?
No siempre es fácil atrapar nuestros pensamientos, que se mueven con tanta rapidez. Sin embargo, ahora
mismo podemos empezar a vigilar y a escuchar lo que decimos. Si se oye expresar cualquier cosa negativa,
deténgase en mitad de la frase. Vuelva a formular la oración, o abandónela simplemente. Incluso podría
decirle: «¡Fuera!».
Imagínese que está haciendo cola en el autoservicio de un hotel de lujo, donde en vez de platos de comida se
sirven platos de pensamientos. Usted puede elegir todos los que quiera. Esas ideas son las que crearán sus
experiencias futuras.
Ahora bien, si escoge ideas que le creen problemas y sufrimiento, estará haciendo una tontería, como si
eligiera comidas que siempre le caen mal. Sin embargo, tan pronto como descubre cuáles son las comidas
que le hacen daño, las evita. Lo mismo tiene que hacer con los pensamientos. Manténgase lejos de las ideas
que le causan problemas y dolor.
Uno de mis primeros maestros, el doctor Raymond Charles Barker, solía repetir:
-Cuando hay un problema, no hay nada que hacer; hay algo que saber.
Es la mente quien crea el futuro. Cuando en nuestro presente hay algo indeseable, debemos recurrir a la
mente para que cambie la situación. Y podemos empezar a cambiar ya, en este mismo segundo.
Mi deseo más profundo es que algún día el tema de cómo funcionan los pensamientos sea lo primero que se
enseñe en la escuela. Jamás he entendido qué importancia tiene hacer que los niños memoricen las fechas de
una serie de batallas. Me parece un total desperdicio de energía mental. En cambio, podríamos enseñarles
cosas realmente importantes: cómo funciona la mente, cómo invertir dinero para tener seguridad financiera,
cómo ser padre o madre, cómo tener buenas relaciones y cómo crear y mantener sentimientos de autoestima
y de apreciación de uno mismo.
¿Se imagina cómo sería una generación de adultos a quienes en la escuela, además del plan de estudios
normal, se les hubieran enseñado estos temas? Piense cómo se manifestarían esas verdades. Serían seres
humanos felices, que se sentirían en paz consigo mismos, no tendrían dificultades financieras y enriquecerían
la economía con inversiones prudentes de su dinero, personas que tendrían buenas relaciones con todo el
mundo, que se sentirían cómodas en el papel de padres y crearían otra generación de seres humanos que se
sientan bien consigo mismos. Y, dentro de todo esto, cada persona seguiría siendo un individuo y expresando
su propia creatividad.
No hay tiempo que perder. Continuemos con nuestro trabajo.
En la infinitud de la vida, donde estoy,
todo es perfecto, completo y entero.
Ya no escojo creer en las viejas limitaciones y carencias.
Ahora opto por empezar a verme como el Universo me ve,
perfecto, completo y entero.
La verdad de mi Ser es que fui creado
perfecto, completo y entero.
Ahora soy perfecto, completo y entero,
y seré siempre perfecto, completo y entero.
Ahora elijo vivir mi vida en función de esto que entiendo.
Estoy en el lugar y en el momento adecuados, haciendo
aquello que me corresponde hacer.
Todo está bien en mi mundo.
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Lo recomiendo,hace que pensemos por nosotros mismos,no de acuerdo a las creencias
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